Translate

Páginas

Mostrando entradas con la etiqueta autoestima. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta autoestima. Mostrar todas las entradas

sábado, 23 de enero de 2016

NO ERES TU, SOY YO...


Este es un ensayo de Viktor Frankl, neurólogo, psiquiatra, quien fue sobreviviente del holocausto y el fundador de la disciplina; que conocemos hoy como Logoterapia. Después de leer ésto tu visión de la vida puede cambiar...

¿Quién te hace sufrir? ¿Quién te rompe el corazón? ¿Quién te lastima? ¿Quién te roba la felicidad o te quita la tranquilidad? ¿Quién controla tu vida?...
¿Tus padres? ¿Tu pareja? ¿Un antiguo amor? ¿Tu suegra? ¿Tu jefe?...

Podrías armar toda una lista de sospechosos o culpables. Probablemente sea lo más fácil. De hecho sólo es cuestión de pensar un poco e ir nombrando a todas aquellas personas que no te han dado lo que te mereces, te han tratado mal o simplemente se han ido de tu vida, dejándote un profundo dolor que hasta el día de hoy no entiendes.

Pero ¿sabes? No necesitas buscar nombres. La respuesta es más sencilla de lo que parece, y es que nadie te hace sufrir, te rompe el corazón, te daña o te quita la paz. Nadie tiene la capacidad al menos que tú le permitas, le abras la puerta y le entregues el control de tu vida.

Llegar a pensar con ese nivel de conciencia puede ser un gran reto, pero no es tan complicado como parece. Se vuelve mucho más sencillo cuando comprendemos que lo que está en juego es nuestra propia felicidad. Y definitivamente el peor lugar para colocarla es en la mente del otro, en sus pensamientos, comentarios o decisiones.

Cada día estoy más convencido de que el hombre sufre no por lo que le pasa, sino por lo que interpreta. Muchas veces sufrimos por tratar de darle respuesta a preguntas que taladran nuestra mente como: ¿Por qué no me llamó? ¿No piensa buscarme? ¿Por qué no me dijo lo que yo quería escuchar? ¿Por qué hizo lo que más me molesta? ¿Por qué se me quedó viendo feo? y muchas otras que por razones de espacio voy a omitir.

No se sufre por la acción de la otra persona, sino por lo que sentimos, pensamos e interpretamos de lo que hizo, por consecuencia directa de haberle dado el control a alguien ajeno a nosotros.

Si lo quisieras ver de forma más gráfica, es como si nos estuviéramos haciendo vudú voluntariamente, clavándonos las agujas cada vez que un tercero hace o deja de hacer algo que nos incomoda. Lo más curioso e injusto del asunto es que la gran mayoría de las personas que nos "lastimaron", siguen sus vidas como si nada hubiera pasado; algunas inclusive ni se llegan a enterar de todo el teatro que estás viviendo en tu mente.

Un claro ejemplo de la enorme dependencia que podemos llegar a tener con otra persona es cuando hace algunos años alguien me dijo: "Necesito que Enrique me diga que me quiere aunque yo sepa que es mentira. Sólo quiero escucharlo de su boca y que me visite de vez en cuando aunque yo sé que tiene otra familia; te lo prometo que ya con eso puedo ser feliz y me conformo, pero si no lo hace... siento que me muero".

¡Wow! Yo me quedé de a cuatro ¿Realmente ésa será la auténtica felicidad? ¿No será un martirio constante que alguien se la pase decidiendo nuestro estado de ánimo y bienestar? Querer obligar a otra persona a sentir lo que no siente... ¿no será un calvario voluntario para nosotros?

No podemos pasarnos la vida cediendo el poder a alguien más, porque terminamos dependiendo de elecciones de otros, convertidos en marionetas de sus pensamientos y acciones.

Las frases que normalmente se dicen los enamorados como: "Mi amor, me haces tan feliz", "Sin ti me muero", "No puedo pasar la vida sin ti", son completamente irreales y falsas. No porque esté en contra del amor, al contrario, me considero una persona bastante apasionada y romántica, sino porque realmente ninguna otra persona (hasta donde yo tengo entendido) tiene la capacidad de entrar en tu mente, modificar tus procesos bioquímicos y hacerte feliz o hacer que tu corazón deje de latir.

Definitivamente nadie puede decidir por nosotros. Nadie puede obligarnos a sentir o a hacer algo que no queremos, tenemos que vivir en libertad. No podemos estar donde no nos necesiten ni donde no quieran nuestra compañía. No podemos entregar el control de nuestra existencia, para que otros escriban nuestra historia. Tal vez tampoco podamos controlar lo que pasa, pero sí decidir cómo reaccionar e interpretar aquello que nos sucede.

La siguiente vez que pienses que alguien te lastima, te hace sufrir o controla tu vida, recuerda: No es él, no es ella... ERES TÚ quien lo permite y está en tus manos volver a recuperar el control.

"Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: La última de las libertades humanas-la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino- para decidir su propio camino".

lunes, 7 de diciembre de 2015

QUE PASA CON LA AUTOCRÍTICA


    Una de las maneras de crearte una vida difícil y llena de luchas que no te llevan a ninguna parte, es a través de la crítica hacia ti mismo. 

   Cómo se manifiesta esta crítica? resaltando nuestros propios defectos o acciones equivocadas de manera reiterada lo que va minando la propia autoestima y creándonos una pobre autoimagen, pues ninguna crítica es beneficiosa. La crítica no funciona, no da resultados positivos y nunca es constructiva, sólo nos hace sentir mal.

    Cuando nos aceptamos con nuestras virtudes y nuestros defectos, sucede algo diferente, estamos más dispuestos, más abiertos a los cambios que se hacen más fáciles porque no tienen esa carga negativa que sólo nos presiona y nos crea culpa. 

   Sin embargo algunas personas se preguntan ¿cómo puedo cambiar si no reconozco lo que estoy haciendo mal? La respuesta sería que, una cosa es darse cuenta de algo que necesitamos cambiar para mejorar, aceptando que como humanos estamos en un proceso de aprendizaje creyendo que la próxima vez lo haremos mejor y otra muy diferente y negativa es decirnos a nosotros mismos "me equivoqué, soy muy tont@", "siempre hago lo mismo", "nada me sale bien", "nunca logro superar esto" o algo parecido. Una cosa es evaluarnos para ver lo que necesitamos mejorar y otra muy diferente es juzgarnos criticándonos a veces muy duramente.

   Vamos a practicar el aceptarnos y a tratarnos como la persona más querida, con la misma consideración y respeto que merecemos de los demás, dejando las críticas de lado para lograr fortalecer nuestra autoestima.

lunes, 2 de febrero de 2015

TEMÍA, HASTA QUE...



Temía estar solo(a), hasta que aprendí a quererme a mi mismo(a).

Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.

Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mi.

Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo(a).

Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.

Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.

Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino otro comienzo.

Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.

Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi mismo(a).

Temía hacerme viejo(a), hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.

Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.

Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz.

Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.

Desconozco su autor.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

LA CRÍTICA, SIRVE O NO SIRVE?



En algunas oportunidades pasas mucho tiempo regañándote por las mismas cosas o los errores que haz cometido y ese hábito no te ha traído ningún cambio positivo.
Las críticas no funcionan, sólo consiguen que uno se sienta mal y siga haciendo lo mismo, pero con más sufrimiento y por lo tanto tu autoestima se vea disminuida.
Entonces disponte a terminar con esa costumbre. Piensa que lo que hiciste fue una oportunidad para aprender, que la próxima vez lo harás mejor y actúa en consecuencia con eso.

jueves, 31 de mayo de 2012

SE TU MISMO


Muchas veces nos dejamos influenciar por las opiniones ajenas en asuntos en los que tenemos que tomar nuestras propias decisiones. Nunca podremos satisfacer totalmente a los demás en sus demandas, por lo que siempre es mejor hacer aquello que nos permite sentirnos bien y en armonía con nosotros mismos. Sé tu mismo(a) siempre. 
Este cuento Zen nos ilustra al respecto.
      
CIERRA LOS OIDOS 
"Eran un anciano y un niño que viajaban con un burro. Caminaban al lado del jumento cuando atravesaban un pueblo. Un grupo de niños se rió de ellos gritando:
- ¡Mirad qué par de tontos! De manera que tienen un burro y van los dos andando. Por lo menos el viejo podría subirse a él. Entonces el anciano se subió al burro y ambos siguieron la marcha. Al pasar otro pueblo, algunas personas se indignaron al ver al viejo sobre el burro y dijeron:
- Parece mentira. El viejo cómodamente sentado en el burro y el pobre niño caminando. Viejo y niño intercambiaron sus puestos. Al llegar a la siguiente aldea, la gente comentó:
- ¡Esto sí que es intolerable! El muchacho sentado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado. Puestas así las cosas, el viejo y el niño se subieron al burro. Poco después venían un grupo de campesinos por el camino. Les vieron y les dijeron:
- ¡Es vergonzoso lo que hacéis! Vais a reventar al pobre animal. El viejo y el niño tomaron la determinación de cargar al burro sobre sus hombros, pero entonces la gente se mofó de ellos diciéndoles:
- Nunca vimos una gente tan boba. Tienen un burro y en lugar de montarlo, lo llevan a cuestas. De repente el burro se revolvió con fuerza y se desplomó a un barranco, hallando la muerte. El viejo, súbitamente, instruyó al muchacho:
 - Querido mío, si escuchas las opiniones de los demás y les haces caso, acabarás más muerto que este burro. ¿Sabes lo que te digo? Cierra tus oídos a la opinión ajena. Que lo que los demás dicen te sea indiferente. Escucha únicamente la voz de tu corazón." 

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...